lunes, 31 de julio de 2017

[Review/Opinión] Creeper y el punk-rock revival

Recuerdo perfectamente el día que escuché música punk-rock por primera vez. Lejos de ser algo como los primeros discos de Green Day o los Ramones, que estaban a la orden del día, fue con un entonces desconocido para mí AlkalineTrio. Recuerdo volver del colegio y poner la MTV y ver el videoclip de su canción Burn perteneciente a su disco Crimson. Me enamoré de su música y su estética ‘darks’. A ellos les siguieron otros grupos como AFI o los míticos Misfits. Sin embargo, a medida que fui creciendo, dejé un poco atrás todo el movimiento punk ya que estaba fuertemente ligado a mi rabia adolescente. Para mi sorpresa, no esperaba descubrir otro grupo que me hiciera sentir lo mismo que cuando escuché Alkaline Trio por primera vez.  Acercaos y uníos al cult, The Callous Heart, ya que voy a hablar sobre Creeper.

Supe de la existencia de Creeper cuando fueron nominados a unos premios junto a mis queridos Moose Blood, y me puse a escucharles ya que una amiga me los recomendó y, como confío en su criterio, así fue. Por aquel entonces había sacado su tercer EP, The Stranger, y canciones como Black Mass o Misery me cautivaron.  Me sorprendió que en todas y cada una de las canciones todos los miembros destacaran en algún aspecto. Con todo esto junto su estilo hizo que los mantuviera en mi radar para cuando sacaran nueva música.

Durante este año 2017 nos sorprendieron con la salida de su álbum debut, Eternity, in your Arms, de una manera muy original que no suele hacerse actualmente en el mundo de la música. Crearon una especie de álbum conceptual siguiendo la historia de la desaparición de  James Scythe, un investigador paranormal que va tras la pista de The Stranger en la ciudad costera de Southampton. Para ello, crearon una web y un blog específicamente con información sobre ese “caso” y algunas pistas sobre futura música que incitaban a investigar y, si eras de Reino Unido, acercarte a la ciudad para buscar pistas. Es una estrategia de marketing inteligente, creativa y, personalmente, extremadamente divertida, además de que va ligado directamente al concepto del disco. Además, los propios miembros de la banda se vieron envueltos también ya que borraron toda su información de las redes sociales y colgaron carteles de “se busca” con sus caras, enlazando así con las historias de sus anteriores EPs.

Centrándose musicalmente en el álbum, es una gozada. Así de simple. Comienza con la fantástica Black Rain con un pequeño discurso de Ellie Price, vocalista de la banda británica Signals, cuyo papel en toda la historia citada anteriormente es crucial. La canción emite cierta teatralidad que recuerda mucho a Gerard Way (My Chemical Romance) e incorpora apoyos vocales de Hannah, teclista de la banda. Sus venas más punk-rock se aprecia con las frenéticas Poison Pens y Suzanne con sus estridentes riffs y pegadizos coros. Misery se traslada a este álbum directamente de su anterior EP para ofrecer esa balada nostálgica que nos recuerda que la miseria nunca pasa de moda. Con Room 304 llega el punto álgido del disco volviendo con ese ambiente punk que se desvanece en la outro para ofrecernos un breve dueto entre Will Gould (vocalista) y Hannah Grenwood que conecta perfectamente con la siguiente canción, Crickets, una preciosa balada acústica con violín cantada enteramente por Hannah, y madre mía, su voz es de lo mejor que escuchado en bastante tiempo. Eternity, in your Arms termina con I Choose to Live, en la que se salen un poco del disco conceptual para dar un mensaje personal tanto a la banda como a sus fans.

Desafortunadamente, por mucho que me guste este álbum, nadie es perfecto, y no he podido evitar encontrar algunos fallos que me han descolocado un poco. El primero, y más notable para mí, es su canción Darling. Cualquier fan de Alkaline Trio se habrá dado cuenta que toda la canción podría haber salido de la mente de Matt Skiba (vocalista de Alkaline Trio), además que suena casi igual dando la sensación de parecer un cover de esa banda que una canción propia. Sé que son grandes fans de Alkaline Trio, y puede que lo hayan hecho aposta, pero ese tipo de detalles me fastidiaron un poco la atmósfera en la que me introdujeron. El otro problema que le encuentro se halla en sus dos últimos temas. En comparación al resto del disco me parecen mucho más flojas, pero eso ya es personal.


Dicho esto, no quiero terminar esta opinión/review/cosarara de una forma negativa, por lo que extenderé mis pensamientos del principio del post. Como ya he mencionado, mi relación con el punk-rock se remonta a mi adolescencia llena de rabietas hormonales, descubrimiento de mí mismo y desamores, cosas que en su día cuesta organizar en la mente de un adolescente. Pero conforme me hacía más mayor, maduraba y aprendía más sobre la vida y yo mismo, dejé un poco de lado el punk-rock. Por eso al escuchar a Creeper y volver a sentir lo mismo que ese día viendo la MTV hizo que volviera a reengancharme. Aún son una banda relativamente desconocida y este aún es su primer álbum por lo que no está falto de errores, pero tampoco es un álbum corriente; le han puesto grandes cantidades de originalidad, pasión y creatividad, mírese la forma particular que tiene Will Gould cuando canta, muy al estilo de Meat Loaf, lo cual solo aumenta la teatralidad de su música así como lo mencionado anteriormente sobre la manera en la que promocionaron este trabajo. Desde este pequeño blog os invito y recomiendo que les deis una oportunidad, no solo a los punk-rockers, sino a quienes disfrutan de buena música (ah y son solo 35 minutos, se hace muy ameno). Espero grandes cosas de esta banda, y no puedo esperar a ver con qué nos sorprenden. Además, totalmente recomendados por la Iglesia Bautista de Westboro: “100% SATANIC, ALL THEY HAVE IS DEATH”. 4/5