Recuerdo perfectamente el día que
escuché música punk-rock por primera vez. Lejos de ser algo como los primeros
discos de Green Day o los Ramones, que estaban a la orden del día, fue con un
entonces desconocido para mí AlkalineTrio. Recuerdo volver del
colegio y poner la MTV y ver el videoclip de su canción Burn perteneciente a su disco Crimson.
Me enamoré de su música y su estética ‘darks’. A ellos les siguieron otros
grupos como AFI o los míticos Misfits. Sin embargo, a medida que
fui creciendo, dejé un poco atrás todo el movimiento punk ya que estaba
fuertemente ligado a mi rabia adolescente. Para mi sorpresa, no esperaba
descubrir otro grupo que me hiciera sentir lo mismo que cuando escuché Alkaline
Trio por primera vez. Acercaos y
uníos al cult, The Callous Heart, ya
que voy a hablar sobre Creeper.
Supe de la existencia de Creeper
cuando fueron nominados a unos premios junto a mis queridos Moose Blood, y me puse a escucharles ya que una amiga me los recomendó y,
como confío en su criterio, así fue. Por aquel entonces había sacado su tercer
EP, The Stranger, y canciones como Black Mass o Misery me cautivaron. Me
sorprendió que en todas y cada una de las canciones todos los miembros
destacaran en algún aspecto. Con todo esto junto su estilo hizo que los
mantuviera en mi radar para cuando sacaran nueva música.
Durante este año 2017 nos
sorprendieron con la salida de su álbum debut, Eternity, in your Arms, de una manera muy original que no suele
hacerse actualmente en el mundo de la música. Crearon una especie de álbum
conceptual siguiendo la historia de la desaparición de James Scythe, un investigador paranormal que
va tras la pista de The Stranger en la ciudad costera de Southampton. Para
ello, crearon una web y un blog específicamente con información sobre ese
“caso” y algunas pistas sobre futura música que incitaban a investigar y, si
eras de Reino Unido, acercarte a la ciudad para buscar pistas. Es una
estrategia de marketing inteligente, creativa y, personalmente, extremadamente
divertida, además de que va ligado directamente al concepto del disco. Además,
los propios miembros de la banda se vieron envueltos también ya que borraron
toda su información de las redes sociales y colgaron carteles de “se busca” con
sus caras, enlazando así con las historias de sus anteriores EPs.
Centrándose musicalmente en el
álbum, es una gozada. Así de simple. Comienza con la fantástica Black Rain con un pequeño discurso de Ellie Price, vocalista de la banda británica Signals, cuyo papel en toda la historia citada
anteriormente es crucial. La canción emite cierta teatralidad que recuerda
mucho a Gerard Way (My Chemical Romance) e incorpora apoyos vocales de Hannah,
teclista de la banda. Sus venas más punk-rock se aprecia con las frenéticas
Poison Pens y Suzanne con sus estridentes riffs y pegadizos coros. Misery se traslada
a este álbum directamente de su anterior EP para ofrecer esa balada nostálgica
que nos recuerda que la miseria nunca pasa de moda. Con Room 304 llega el
punto álgido del disco volviendo con ese ambiente punk que se desvanece en la
outro para ofrecernos un breve dueto entre Will Gould (vocalista) y Hannah Grenwood que
conecta perfectamente con la siguiente canción, Crickets, una preciosa balada
acústica con violín cantada enteramente por Hannah, y madre mía, su voz es de
lo mejor que escuchado en bastante tiempo. Eternity, in your Arms termina con I
Choose to Live, en la que se salen un poco del disco conceptual para dar un mensaje
personal tanto a la banda como a sus fans.
Desafortunadamente, por mucho que
me guste este álbum, nadie es perfecto, y no he podido evitar encontrar algunos fallos que me han descolocado un poco. El primero, y más notable para
mí, es su canción Darling. Cualquier fan de Alkaline Trio se habrá dado
cuenta que toda la canción podría haber salido de la mente de Matt Skiba
(vocalista de Alkaline Trio), además que suena casi igual dando la sensación de
parecer un cover de esa banda que una canción propia. Sé que son grandes fans
de Alkaline Trio, y puede que lo hayan hecho aposta, pero ese tipo de detalles
me fastidiaron un poco la atmósfera en la que me introdujeron. El otro problema
que le encuentro se halla en sus dos últimos temas. En comparación al resto del
disco me parecen mucho más flojas, pero eso ya es personal.
Dicho esto, no quiero terminar
esta opinión/review/cosarara de una forma negativa, por lo que extenderé mis
pensamientos del principio del post. Como ya he mencionado, mi relación con el
punk-rock se remonta a mi adolescencia llena de rabietas hormonales, descubrimiento
de mí mismo y desamores, cosas que en su día cuesta organizar en la mente de un
adolescente. Pero conforme me hacía más mayor, maduraba y aprendía más sobre
la vida y yo mismo, dejé un poco de lado el punk-rock. Por eso al escuchar a
Creeper y volver a sentir lo mismo que ese día viendo la MTV hizo que volviera
a reengancharme. Aún son una banda relativamente desconocida y este aún es su
primer álbum por lo que no está falto de errores, pero tampoco es un álbum
corriente; le han puesto grandes cantidades de originalidad, pasión y
creatividad, mírese la forma particular que tiene Will Gould cuando canta, muy
al estilo de Meat Loaf, lo cual solo aumenta la teatralidad de su música así como lo mencionado anteriormente sobre la manera en la que promocionaron este trabajo. Desde
este pequeño blog os invito y recomiendo que les deis una oportunidad, no solo
a los punk-rockers, sino a quienes disfrutan de buena música (ah y son solo 35
minutos, se hace muy ameno). Espero grandes cosas de esta banda, y no puedo
esperar a ver con qué nos sorprenden. Además, totalmente recomendados por la
Iglesia Bautista de Westboro: “100% SATANIC, ALL THEY HAVE IS DEATH”. 4/5